Las diferentes horas del día

paris nuit

A las 9, el ganado que va al trabajo. A la 1, la horda que va a comer. Y a las 6, el mismo ganado que regresa del trabajo. Entre esas horas, los otros que desfilan muy temprano en la mañana o muy tarde por la noche.

En las grandes ciudades como en París se vive a cada minuto. Hay de esas profesiones que no se ven en ninguna otra parte, y otras más comúnes que no se ejercen entre las 9 y las 6.

Poor lonesome singer ...

Están los consejeros de los pudientes -disponibles día y noche en Navidad como en Semana Santa- que necesitan cuatro cabezas para escribir un simple discurso. Los panaderos que a las 4 de la mañana ya están amasando los cruasanes para el desayuno de los que se despiertan a las 8. Estos trabajan al mismo tiempo que  los músicos trasnochadores de Pigalle, uno de los barrios mas calientes de la capial francesa. ¿ Y qué decir de los periodistas de la radio que tienen un programa a las 5 de la mañana ?

Los locutores llegan al menos una hora antes, cuando unos se van acostando apenas, ellos ya están con el café y el cigarro en la mano. Todos ellos regresarán a la cama cuando los demás estarán en plena labor. Para retornar abajo de las cobijas, tomarán el primer metro con los obreros que vienen de muy lejos, de las afueras de la ciudad para atravesarla y llegar a sus trabajos respectivos. Sin contar con los pachangueros, doctores, enfermeras y farmacias de turno.

Así corre esta ciudad, a todas horas. Y eso que le reprochan de haberse convertido en una de las ciudades mas aburridas para los trasnochadores.

Une réflexion sur “Las diferentes horas del día

  1. Cada persona tiene sus personales horas del día, que se conjugan en grandes masas en períodos que defines. Hoy en muchos sitios, para unos es el momento de ir a dormir, para otros el de tomar su primer cerveza, ejecutar la primer nota de su instrumento, tomar un tren, despegar el airbus que acaba de posicionar en la pista, impartir su clase, acostarse en la arena al sol, en fin… aburrirse o divertirse, esta en la actitud que voluntariamente damos a nuestro cerebro y quien diga que París o cualquier sitio es aburrido, es que no ha podido programar su cerebro para hacer divertida una noche en la ciudad Luz o en otro sitio… para ellos, – que tal un recorrido en bicicleta, con pocos autos y un par de amigos/as divertidos/as platicando al pedalear…

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