
Ya se acerca el regreso a clases en Francia. La “rentrée” se toma muy a pecho y se aplica a los niños que regresan a la escuela, a los políticos que retoman sus sesiones parlamentarias y a los escritores que promocionan a partir de septiembre sus nuevos libros : la “rentrée littéraire” que culmina con prestigiosos premios literarios.
Si hay regreso a clases es porque hubieron vacaciones. Tres largos meses de sol cuando nos hace el favor de aparecer. Los niños pusieron de cabeza la casa de sus abuelitos, los políticos se bronsearon entre reunión y reunión sobre la crísis económica y los escritores se aislaron en sus casas campestres para buscar una musa bucólica.

¿ Mientras tanto ?
Nada. El verano, como la lengua, es sagrado para los Franceses. Planean sus vacaciones seis meses antes y sus dietas aún antes. Alrededor de las mesas de las empresas ya no se habla de los resultados trimestrales, se comentan las destinaciones paradisíacas, los costos de la semana en Grecia y claro, las próximas vacaciones en diciembre, febrero, mayo…
Caminar por las calles de las grandes ciudades de est país es caminar en un desierto estival donde sobreviven únicamente los turistas chinos y los pobres empleados, que no pudieron tomar sus vacaciones durante julio y agosto.
Los periódicos se enflacan ya que la actualidad camina al ritmo de las estaciones, los telediarios se atiborran de reportajes sobre la playa y los vendedores de helado. Los programas en la televisión también toman vacaciones y son remplazados por programas insipidos, películas de hace treinta años y novedades que no consiguen records de audiencia. La radio también se adapta y propone una programación completamente diferente, un magnifico refugio para los que no pasan sus días untándose de protección solar.
¿Quién trabaja más?
Los Franceses tienen la reputación de tomar más vacaciones que los otros Europeos. No es cierto, en general, en Europa occidental se le da gran importancia al tiempo libre.

Los Galos trabajan 35 horas por semana, tienen 5 semanas de vacaciones pagadas que pueden repartir durante todo el año, 11 días feriados, 16 semanas de reposo para las mujeres embarazadas y 2 semanas de permiso para los padres. Hay ciertas diferencias de un país a otro del viejo continente, pero nada radical. Eso si, prefieren irse de vacaciones en agosto, por eso no hay un alma en París durante ese mes.
Los bikinis ya desertaron las vitrinas y se llenan de abrigos. El verano comienza a huir, la actualidad será más rica en las próximas semanas.
Esperemos que la riqueza de información y actividad tras las vacaciones, tiendan a la alza y le sigan las bolsas de valores, para que las economías impulsen a sus ciudadanos, por que la palabrita tan sonada en todo el globo -crisis- ya termina por ser ignorada, para ser un concepto de vida. Podríamos acuñar una cri antes de cada palabra, cricompras, crialimentación, critrabajos, cricri y no el grillo cantor, ya cansó… necesitamos trabajo, racionalizar y menos seres humanos, control natal y una redistribución que a todos nos dé. Por un lado asusta ver en pantalla el indice XYZ con una jornada de -.0,03%, pero a nadie le conmueve o eso parece, que en algunos lugares ese -.0,03% significa el número de deseso por hora por inanición. Bien bronceados a trabajar, a la escuela, a negociar nuestras vidas y los políticos!!! algunos seguirán de vacaciones… sin sol.