La fiscalía de Perú hizo a principios de esta semana una nueva entrega de restos óseos de 65 víctimas a sus familiares, sobre los 80 campesinos asesinados hace 30 años en Ayacucho, en el sureste del país, por miembros de Sendero Luminoso, militares, y policías que acusaban a los campesinos de ser aliados de la guerrilla. El gobierno del país presentó esta restitución como un gran avance en un largo proceso de exhumación e identificación de las víctimas del conflicto interno. Conflicto que dejó unos 70.000 muertos y unos 15.000 desaparecidos. Pero algunos critican la manera en la que se realizó la investigación forense.