Hace diez años estallaban impresionantes disturbios en las periferias más pobres de las grandes ciudades francesas. Huyendo de la policía por miedo, dos jóvenes, Zyed y Bouna, se habían escondido en un transformador eléctrico donde perdieron la vida. Este suceso puso en evidencia la violencia policial de la que son víctimas los jóvenes de origen magrebí y africano, y por consiguiente todos los problemas de exclusión y de pobreza. Diez años después, ¿qué ha cambiado?