No es necesario tener una intuición agúda o una varita mágica. Un Francés se reconoce fácilmente y no gracias a su boina roja y a su baguette bajo la axila, es un poco más sútil que eso. Enseguida, una pequeña guía práctica para convertirse en detector imparable de Franceses.
La actitud
El color o la religión no son criterios válidos para reconocer a un Francés. Más bien, hay que poner mucha atención a la actitud y a los gestos. Esto no quiere decir que hay que fijarse en una boca fruncida o una nariz altanera. Esos son puros prejuicios. Mejor véanlo hablar y entenderán que, como los Italianos, hablan con las manos y comunican con sonidos que sólo se aplican a la lengua francesa por muy paradójico que esto parezca. Sólo en Francia se ve a gente frotarse la mejilla con la mano para mostrar su aburrimiento. Lire la suite